No hay razón para que un centro de día no sea un e s p a c i o inclusivo en términos etarios. Si la asistencia a prestar debe ser integral, parece que se impone un trabajo comunitario conectado con el entorno. Y aquí es donde los proyectos intergeneracionales caben perfectamente.
Si lo pensamos, los centros de día de nuestros barrios son e s p a c i o s donde cuidar y dejarse cuidar, algo muy vinculado a la intergeneracionalidad.
Si lo pensamos, los centros de día de nuestros barrios son e s p a c i o s donde cuidar y dejarse cuidar, algo muy vinculado a la intergeneracionalidad.
De lo contrario, los e s p a ci o s dedicados a la atención a personas de edad avanzada seguirán siendo, por mucho que lo neguemos, focos de segregación etaria. Así lo ha vuelto a concluir un reciente trabajo llevado a cabo por un equipo de trabajadores sociales norteamericanos. Tras entrevistar a personas mayores residentes en viviendas asistidas, comunidades de cuidados para personas jubiladas y centros comunitarios, el tema más relevante se puede resumir como sigue:
- «la implicación intergeneracional ayuda a las personas mayores que sienten soledad y aislamiento social porque les hace sentir útiles y reconoce la contribución singular que hacen. Sin embargo, el edadismo se describe como un obstáculo, se trata de un edadismo internalizado que parece desempeñar un papel complejo al que hay que prestar más atención».
Una de las personas mayores entrevistas en el marco de esta investigación lo expresó de modo muy gráfico: “Sin la implicación intergeneracional seríamos como una isla”. Esta frase nos ha transportado a la famosa meditación del poeta John Donne, que viene muy al caso:
Ninguna persona es una isla,
completa en sí misma.
Cada uno formamos parte de un continente,
una parte de la tierra firme.
Si un terrón fuera arrastrado por el mar,
Europa disminuiría.
Como sucedería con un promontorio,
o con la casa de uno de tus amigos,
o con la tuya propia.
La muerte de cada persona me disminuye,
porque formo parte de la humanidad.
Por lo tanto, no mandes a preguntar
por quién doblan las campanas,
Doblan por ti.
completa en sí misma.
Cada uno formamos parte de un continente,
una parte de la tierra firme.
Si un terrón fuera arrastrado por el mar,
Europa disminuiría.
Como sucedería con un promontorio,
o con la casa de uno de tus amigos,
o con la tuya propia.
La muerte de cada persona me disminuye,
porque formo parte de la humanidad.
Por lo tanto, no mandes a preguntar
por quién doblan las campanas,
Doblan por ti.
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