La semana pasada, en nuestra Newsletter, lanzamos esta pregunta: ¿Qué habría que tener en cuenta a la hora de planificar un espacio cohousing para que pueda ser intencionadamente intergeneracional?
Detrás de esta cuestión estaba la posible necesidad distinguir entre convivir (habitualmente es lo que persigue el cohousing) y convivir intencionadamente con personas distintas en términos de edades y generaciones (a falta de un término mejor hemos llamado a esto interhousing).
Hemos buscado respuestas a la pregunta y aquí van, para empezar, dos de personas que están, de hecho, inmersas en el mundo del cohousing.
Comencemos con el punto de vista de Prudencio López Vicedo, coordinador de Seniors Vida Sostenible:
«A mi juicio será importante partir poniendo las necesidades de cuidado, ocio y aprendizaje de los niños en el punto central de atención. Esto supondrá que en los espacios comunes será prioridad dónde y haciendo qué estarán los niños en los momentos en que algunos de los adultos vayan a compartir con ellos, mientras los demás estén atendiendo sus labores profesionales o domésticas. El comedor y su distribución deben estar pensados para facilitar la atención a los niños y el orden. La zona exterior debe contar con espacios que combinen libertad de acción y seguridad, como ocurre en los cuidados patios de algunos colegios infantiles convertidos en lugares de juego y aprendizaje».
También nos han escrito desde Profuturo, en Valladolid, sintetizando en 5 los aspectos que habría que tener en cuenta, de partida, para poner en marcha un cohousing intergeneracional:
«1. Localización con adecuada densidad demográfica que posibilite recibir un número suficiente de peticionarios. Pudiera pensarse en 50% entre mayores y jóvenes y una cantidad total, al menos, de 80 usuarios.
2. Lugar con buenas comunicaciones mediante transporte público y con servicios asistenciales, culturales y sociales suficientes.
3. Planificación de las instalaciones con elementos de utilización común para todas las edades (salón de actos, gimnasio, capilla, sala de juegos de mesa y otros, piscina, jardines, cafetería-restaurante, etc.). Es fundamental esta distribución de espacios para propiciar la convivencia.
4. Implementación del sistema de acceso a la propiedad y/o el uso de los pisos o apartamentos preferentemente mediante cooperativismo, sociedad limitada o algún otro medio que propicie desde el inicio el sentido de pertenencia a un proyecto común.
5. Estudio detenido del sistema de financiación y distribución de gastos. Tal vez la contribución de los socios jóvenes pudiera, al menos parcialmente, sufragarse mediante prestaciones en especie (limpieza, vigilancia, jardinería, talleres de animación, etc.).»
La tercera respuesta nos viene de la mano de Ester Martínez, del Ayuntamiento de Elche, y coordinadora del Proyecto de Convivencia Intergeneracional “Vidas Compartidas”. En su opinión, el cohousing intergeneracional no está desarrollado en absoluto:
«Para que un espacio sea intencionadamente intergeneracional tendrían que confluir muchas generaciones —niños, adolescentes, adultos y terceras generaciones—, cosa que en estos momentos es complicado. Me explico: en mi ciudad se están llevando a cabo proyectos de cohousing de forma privada (en los que nosotros no colaboramos activamente) pero que van dirigidos a personas mayores de 50 años, solas o con pareja, que deciden asociarse porque tienen una red social entre ellos anterior a esto y les gustaría formar una comunidad. La finalidad es poder acceder a una vivienda digna o de nueva construcción basándose en sus «nuevas necesidades» y abandonar la que hasta ahora tienen, que se ha quedado anticuada debido a que no necesitan tantas habitaciones, sus viviendas carecen de ascensor, o bien, están en otro punto distinto de su vida y quieren mejorar todo aquello que tienen y despojarse de lo que ya no les es válido. Están en un momento en el que deciden basarse en sus propias necesidades.
Por un lado, esto es bueno porque muchas de ellas han dedicado gran parte de la vida a sus hijos y cuando ya han emigrado deciden concederse lo que «les pide el cuerpo». Pero, por otro, olvidan lo importante que sería para las nuevas generaciones la creación de espacios de retorno a la convivencia, a la tolerancia, a la transmisión de valores, costumbres y necesidades, sobre todo en estos momentos en que los jóvenes (y no tan jóvenes) vivimos absorbidos por la frialdad de las nuevas comunicaciones, los amigos en red, las redes sociales.»
Recapitulemos: el cohousing sí, pero el cohousing intergeneracional aún está por llegar, al menos en nuestro país.
¿Y nosotros?, ¿qué pensamos sobre este tema en EiG_lab? Pues creemos que la organización de un cohousing intergeneracional es una tarea compleja tanto desde un punto de vista social como arquitectónico. Y destacamos dos aspectos esenciales a tener en cuenta.
UNO: El proceso de gestación de este tipo de cohousing debe contar con la participación activa de personas de distintas generaciones.
A menudo, los adultos tendemos a no considerar a las personas de generaciones diferentes a la nuestra, lo que en el diseño arquitectónico se traduce en una imposición miope de nuestra forma de concebir y de estar en los espacios. Las ciudades y los edificios están pensados mayoritariamente para la ergonomía, tamaño, forma de desplazarse, forma de mirar y de escuchar de personas en la franja media de edad.
Si un cohousing se plantea el reto de crear un entorno de vida que favorezca la interacción y creación de vínculos entre distintas generaciones es fundamental que el grupo participativo que lidere la iniciativa tenga representantes de todos los perfiles generacionales que vayan a vivir en esos espacios: mujeres y hombres, niños y adultos, jóvenes y mayores, padres y abuelos, todos deben enriquecer el debate de forma proactiva, todos deben tener voz y voto.
Y DOS: El equipo técnico debe estar formado en el campo intergeneracional, y particularmente en el diseño de espacios intergeneracionales.
Un cohousing no es una promoción de viviendas cualquiera. Se trata de un grupo de personas que deciden compartir un proyecto de vida. El reto no es pequeño. Quizá por eso lo más frecuente sea que se impliquen personas de generaciones similares, con el supuesto de que será más fácil detectar las necesidades comunes cuando las vidas funcionan de manera parecida, por ejemplo: parejas que comienzan a formar su familia, personas próximas a la jubilación, etc.
Lo que sucede es que, a pesar de esta visión que destaca lo similar, siempre, siempre, existen diferencias: una familia tiene perros, otra quiere un huerto, otra un espacio de juego, otra espacio para las bicicletas, otra un comedor colectivo, etc. Por no hablar de la calidad constructiva o del programa de las viviendas, que puede ser muy distinto para unos y otros. Más allá de la necesaria preparación técnica, quienes asesoran este tipo de proyectos deben tener una gran capacidad de gestión social que consiga generar confianza en el grupo potenciando todo aquello que lo une en la diversidad.
¿Qué ocurre cuando se trata de un cohousing entre personas de distintos grupos generacionales? Pues que es fundamental que ese equipo técnico cuente, además, con los conocimientos y la sensibilidad necesarios para saber escuchar, leer entre líneas y proponer las zonas de contacto intergeneracional adecuadas para las necesidades e intereses de las generaciones que integran la cooperativa. Sin una preparación específica nos parece muy difícil conseguir que la intencionalidad intergeneracional llegue realmente a reflejarse en el proyecto.
El reto está servido: sabemos que hay muchas personas de edades distintas con dificultades para acceder a una vivienda, ¿somos nosotros capaces de plantear una respuesta intergeneracional eficaz a esa demanda?
Otros ya lo han hecho. ¿Un ejemplo? Ahí va uno, con foto incluida. En 1994, en la localidad estadounidense de Rantoul, se fundó Generations of Hope, una comunidad tipo cohousing basada en la siguiente idea: unas 10 familias con hijos en régimen de acogimiento conviven con personas mayores residentes en 30 viviendas de esa misma comunidad, y a quienes se les ofrece la posibilidad de interactuar e implicarse, como voluntarios, en el día a día de la educación de esos menores. Nada más y nada menos.
Foto: http://www.changemakers.com
Ana Linares Gil dice
Yo, como simple abuela interesada en el tema, nada especialista, quiero dar una opinión muy de andar por casa por si es de utilidad. Si nos ponemos en la realidad cotidiana nada teórica ni académica, qué pasa cuando las personas mayores no se encuentran en el estado idílico perfecto, como es normal a esas edades, y no siempre tienen gana de compartir con niños.
Los niños juegan y todos juntos hacen ruido, es normal, los mayores aguantan esto quizás un ratito, pero no continuamente. Lo fantástico de los espacios intergeneracionales, como yo he entendido, es que dan vida a los mayores y dan cariño y experiencia llena de anécdotas e historias a los pequeños; es que quitan el ambiente triste de la residencia de ancianos retirada del bullicio de la vida y apartada del mundanal ruido para emular el ambiente familiar perdido de cuando ni existian las residencias y los abuelos vivian en familia hasta su fallecimiento, algo mucho mas natural y humano. Los mayores eran observadores pacificos e integrados de todo lo que ocurría a su alrededor y podían sentir la evolución y transformación de su familia en primera persona recibiendo el cariño y el reconocimiento que merecían.
En un espacio intergeneracional, me imagino que se pueden recuperar estos elementos perdidos en las actuales residencias, pero la organizacion del sistema, y por lo tanto de esos espacios, tiene que contemplar los casos especiales por una parte y el tipo de trato y juegos de los niños en presencia de los mayores por otra, para que todos se queden con ganas de más antes de salir del contacto establecido.
Me viene a la memoria la recurrente noticia de un colegio de Málaga al que han prohibido que nos niños jueguen o hagan deporte en el patio por el ruido que hacen tras las denuncias de vecinos. Tengo ventanas que dan a un colegio, al que en su día fueron mis hijos, hoy día van niños que podrian ser mis nietos, ese ruido del recreo ha sido y es, siempre, música celestial para mi, pero no todo el mundo piensa igual. Simplemente hago de abbogada del diablo.
Enhorabuena por vuestro interesante y novedoso trabajo.
Espacios Intergeneracionales dice
Hola Ana,
Te agradecemos mucho tu comentario, que es de lo más oportuno. La idea de la convivencia entre generaciones y particularmente entre niños pequeños y personas mayores suele llevar aparejado ese prejuicio entre otros. De ahí que estemos convencidos de la necesidad de que los espacios estén pensados en clave intergeneracional. Porque de esa manera es posible crear ese tiempo y ese lugar en el que las personas están abiertas a relacionarse, definiendo de la misma manera espacios propicios para disfrutar de otros momentos y otras actividades. En una cooperativa de vivienda cada familia tiene su casa, que decide compartir con sus vecinos en la medida que desea. Y luego hay distintos espacios comunes que han sido definidos a la medida de sus intereses. Si las viviendas están bien orientadas, los mayores podrán disfrutar del sosiego o participar del bullicio según deseen.
Y estamos contigo, a nosotros el bullicio de un patio de colegio también nos parece música celestial. 😉
Ana Linares Gil dice
Me alegra coincidir. Mucho ánimo para seguir hasta obtener los resultados deseados en esta interesante línea de investigación.
Jesús Fernández dice
Somos un grupo de personas dispuestas a formalizar una coop., consumidores y usuarios y construir una residencia de viviendas en convivencia intergeneracional en la zona de utiel requena.
Disponemos de terreno suficiente para la pretensión, por lo tanto si deseáis formar parte de este proyecto estamos en ello.
Saludos
Espacios Intergeneracionales dice
Hola Jesús, enhorabuena por la iniciativa. Para consultar nuestros servicios podéis escribirnos a hola@espaciosintergeneracionales.com Podemos ayudaros tanto si necesitáis diseño arquitectónico como consultoría para el diseño de elaborar un programa intergeneracional a medida. En cualquier caso, nos encantará que nos tengáis al tanto de vuestros avances para poder compartir la experiencia con la comunidad de EiG_lab. ¡Saludos!